Nuevamente estamos encontrándonos, para compartir con todas y todos ustedes, los avances y marcha de nuestras obras Kolping, en Nicaragua, Honduras, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador y México.

Estamos en la parte media del mundial del futbol, y nuestros seleccionados nacionales del continente en su mayoría han avanzado a octavos de final, pequeñas alegrías para un continente que tiene poco que celebrar, nuestra región no es la más desarrollada en este deporte, con sus excepciones, su corazón late mas con su peloteros algunos de ellos participantes de grandes ligas.

Con todo ello no debemos olvidar el desastre ecológico ocasionado por el derrame petrolero en el Golfo de México, el daño en los ecosistemas de la región se sabe será grandísimo y tardara muchos años antes de volver a su estado original.

Esta es una clara advertencia de las consecuencias de un modelo de desarrollo, basado en la ganancia , con estados nacionales que no pueden ejercer control sobre compañías privadas que depredan los recursos naturales, sin preocuparse por la sustentabilidad y efectos de colaterales en el medio ambiente.

También estamos entrando a la temporada de huracanes, y sus previsibles desastres en la región. Bien sabemos que estos fenómenos naturales siempre nos han acompañado, sin embargo su daño es cada día mayor, la deforestación, la construcción de unidades habitacionales en márgenes de ríos, la falta de una cultura de previsión, hacen a nuestro países altamente vulnerables a las tragedias.

Requerimos poner manos a la obra, cada kolpinista debiera poner su grano de arena para revertir este estado de vulnerabilidad, requerimos hacer conciencia del futuro de nuestros países, que sigue un modelo de desarrollo, que utiliza formas de energía no sustentables, que daña y rompe ecosistemas, debemos trabajar en lo cotidiano, en prácticas que fomenten los cultivos orgánicos, el reciclaje, el cuidado y ahorro de la energía, la ruptura con modelos consumistas y de derroche, el fomento de formas de producción y consumo solidario, que respeten la naturaleza, las culturas y fomenten un mercado justo para los productos del campo, en todo esto , bien podemos iniciar con pequeñas acciones, que lleguen detonar procesos de organización que amplíen una nueva visión de desarrollo que respete a cada ser vivo y sus correspondiente ecosistemas.

Bien me despido hasta la próxima entrega.

Rafael Jacobo